
La piscina
- Posted by Natxo Casares
- On 8 abril, 2015
- 0 Comments
Bajo una cáscara de brillante verdín se escondía todo el hedor y la negrura cósmica de los restos de lo que fue la piscina del verano pasado.
Tuve que demorarme un minuto en arremangarme la camisa, meticulosamente, con pliegues diminutos y apretados. Tuve que cerrar los ojos al meter el brazo en el agua pastosa y tibia, pero los reabrí enseguida. Tuve que contener la respiración mientras mi mano palpaba el fondo en busca del tapón. Tras tirar enérgicamente de este (no quería segundas tentativas), me erguí con cuidado de que las gotas que chorreaban del brazo no cayeran en mi ropa ni en los zapatos.
Volví a respirar y noté cómo unas gotas de sudor se acumulaban en el hueco de mi esternón, como una medalla. La mano empapada acudió entonces al cuello y lo restregó de arriba a abajo y hacia la nuca después, para acabar rebuscando entre las aberturas de la camisa la salada humedad del pecho.
La ducha jabonosa que me tomé más tardebno logró refrescarme tanto.
Texto del catálogo de la exposición PORNOGRAFÍAS, Galería Carmen de la Guerra. Madrid 2000.
Traslations into english will be appreciated.
0 Comments