
Verde
- Posted by Natxo Casares
- On 12 abril, 2015
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Hoy he salido a la calle, de noche, y he visto un neón con tu nombre. He doblado la esquina y en la acera había hierba verde, verde nocturno, y el cielo estaba ahora naranja, como el anochecer de verano, y he pensado que eran complementarios: el césped y el techo de color latón. Una señora con gafas de sol que estaba sacando su piano a pasear me ha dado un beso, de repente. Apenas un segundo más tarde la ví alejarse, y la imaginé sonriendo, porque me daba la espalda. La he llamado y se ha vuelto, sin detener su marcha. La quise dar unas notas musicales que iba dejando caer. No dijo palabra, pero me sugirió que con ellas hiciera una paella a la persona que más amara.
He buscado arroz por la calle de las aceras de hierba, pero allí no había. He preguntado a un señor con una escalera al hombro por las calles de las aceras de arroz. «Está aquí mismo, muy cerca», me ha dicho. «Se tarda andando apenas lo que se tarda en dorar la masa de hojaldre». Me he fijado en el cartelito del bolsillo de su mono de trabajo: «limpiador de nubes».
He segudi el aroma del hojaldre que salía de una calle enlosada de grandes piezas de mármol blanco y negro, veteado como la carne de un jamón. Me he detenido un momento a quitarme un poco de arena de playa del interior del zapato. Me he tragado un poco, distraidamente, y he notado cómo me he puesto un poco más moreno.
Un viejo amigo, entre tanto, me ha dejado una carta en mi bolsillo, remitida por un cantante que dicho amigo, hace mucho, se empeñó en que escuchara. Abro la carta y veo que es una receta de paella con notas musicales. Me he desconcertado un momento. Buscando orientarme por el aroma del hojaldre horneado he encontrado una tienda de ultramarinos. He entrado en su interior y el tendero me ha invitado a café con leche calentito, y me ha contado, emocionado, que hoy cerraba su tienda y se iba a cultivar vientos. Le he felicitado y después he cogido del mostrador de madera mil veces encerada el paquete de arroz. Nos deseamos suerte, el con sus ráfagas y yo con mi paella.
Hacía mucho sol cuando he salido de la tienda perfumada de hojaldre dorado, y el esfuerzo de subir los edificios andando por sus fachadas ha debido de dejarme exhausto. Me he desmayado y he caído desde muy alto. El arroz y yo nos esparcimos por el suelo de mármol.
Hemos tomado el sol esperando a recobrar las fuerzas.
Un muñeco de porcelana brillante ha venido a ofrecernos cerveza muy fría. Charlamos. Me ha mostrado un atlas y me ha enseñado a viajar recorriendo el mundo con la yema del dedo índice.
El arroz estaba ya en su punto y he decidido recorrer mi camino a lo largo de la calle de mármol; luego, por la de hierba verde y cielo anaranjado, he doblado la esquina y aún era de noche, y todavía lucía tu nombre en el neón. He subido a tu casa y te encontré dormida en un colchón de hierba verde, verde ojo. Me he tendido a tu lado y te he visto conmigo: tú, acogida por el verde y yo con la piel naranja por haber comido arena de playa.
Unfinished. Circa 2000. Traslations into english will be appreciated.
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